Comer es una necesidad, pero realmente, ¿siempre comemos por necesidad?. ¿Para qué nos alimentamos?
Si analizáramos a lo largo del día las veces que comemos, ¿cuántas de ellas serían por necesidad o por gula? Seguramente que dos de cinco serían por necesidad y el resto para ser conscientes nos deberíamos preguntar, ¿para qué voy a comer?.
Hay dos tipos de alimentación, la alimentación por necesidad fisiológica para alimentar nuestro cuerpo físico y otra muy diferente, la alimentación emocional, la cual queremos cubrir la necesidad de nuestro “cuerpo emocional” con alimentos físicos. En estos momentos es cuando se produce el problema. Si nosotros alimentamos nuestro cuerpo emocional con productos físicos (alimentos) no se verá correspondido ya que este cuerpo únicamente lo podemos cubrir con emociones. Desde la infancia no nos han enseñado la manera de alimentar a nuestro cuerpo emocional, por lo que en momentos que estamos emocionalmente bajos intentamos llenar ese vacío con alimentos, ya que los alimentos nos van a producir un placer momentáneo, pero buscamos ese placer para sentirnos un poquito mejor. ¿De qué nos sirve comer un pastel si realmente no tenemos hambre o necesidad de alimentar nuestro cuerpo físico? No lo comemos por necesidad sino simplemente por ese momento de placer. Al no cubrir lo que realmente necesitamos cubrir, alimentar al cuerpo emocional, será un placer momentáneo, en el que no tendremos suficiente y volveremos a repetir la misma acción, comer y comer. ¿Cuál es la solución? Saber alimentarnos con lo que realmente necesita el cuerpo emocional, con emociones.
Muchos de los casos de trastornos alimentarios u obesidades que encontramos vienen a consecuencia de no saber diferenciar que “cuerpo” es el que realmente te está demandando alimentarse, el físico o el emocional. Podemos identificar cuando comemos por razones emocionales, si comemos cualquier cosa sin analizar lo que es o tu cuerpo te demanda comida inmediatamente como una urgencia o deseas comer algo en particular.
Una vez cubiertas las necesidades físicas, haber saciado tu hambre fisiológica, hay que saber diferenciar para qué comemos lo demás.
Muchas veces nos damos premios después de un día duro de trabajo o de un mal día,…ese premio suele ser una comida copiosa o hipercalórica, ¿realmente te hace sentir mejor ese premio?. El otorgarte ese premio es para sentir satisfacción pero realmente no te la concede. En estas situaciones lo que buscamos inconscientemente es una gratificación emocional pero la comida no nos la puede otorgar, así que, realmente esos premios que nos concedemos deberían ser para alimentar nuestro cuerpo emocional, ¿Cómo lo podemos alimentar? Realizando acciones para cubrir esa necesidad emocional, realizar cosas que verdaderamente nos gusta hacer y que en el momento de la realización y después obtengamos una sensación de recompensa, una satisfacción y bienestar. Después de un día duro de trabajo porque no nos concedemos unos instantes para nosotros (aunque las condiciones no nos lo permitan es importante saber buscar nuestro momento, que no quiere decir dedicar horas, pues en unos minutos bastará), como por ejemplo un baño relajante, hacer deporte, una lectura gratificante, un momento de reflexión consciente, un paseo al aire libre,…
Cada día hay más personas que buscan el deporte como método antiestres. Se debe a consecuencia de que al hacer deporte estamos alimentando nuestro cuerpo emocional, si además de gustarnos hay un esfuerzo la gratificación será mayor. Durante el deporte se produce un esfuerzo pero después sentimos esa gratificación o satisfacción por el ejercicio realizado y nos sentimos verdaderamente saciados emocionalmente. Al practicar actividad física estamos alimentando nuestras emociones y además segregamos hormonas del bienestar, por lo tanto, el efecto será doble.
Mediante las dietas online te acompañamos a que empieces por identificar en el momento de picoteo o comer por comer el ¿para qué comes?. Al saber si es por necesidad o por ansiedad, podemos descubrir la consecuencia de donde viene o qué emoción es la que provoca esa ansiedad. En nuestro asesoramiento mediante dietas online te podemos ayudar a saber identificarlas y poder trabajar esas situaciones.