La alimentación es un tema que preocupa a muchas personas. En la mayoría de los roles de nuestra vida existe una implicación con la alimentación, qué padres no se preocupan de la alimentación de sus hijos o en el rol personal quien no se preocupa por tener la mejor imagen de sí mismo, de su cuerpo.
Por lo tanto, vamos a empezar con una serie de artículos relacionados con este tema, la alimentación.
Hoy en día, tenemos a nuestro alcance todos aquellos alimentos que nos place comer ya sean crudos o cocidos, de origen animal o vegetal. La industria alimentaria apuesta cada vez más por facilitarnos el trabajo de la elaboración de los platos y poder deleitar en poco tiempo de unos platos sabrosos.
De la misma manera que disponemos de un gran abanico de alimentos, también encontramos mucha información referente a este tema. En el mercado existe un gran número de dietas, por internet tenemos acceso a mucha información (ya sea de calidad o no), por los medios de comunicación y en libros o revistas específicos en alimentación, cada uno de ellos defendiendo diferentes filosofías alimentarias.
Al final con tanta información lo que se consigue es una gran incertidumbre en la población. Cuántas veces nos hemos planteado: ¿Qué dieta es la correcta? ¿Mi alimentación será adecuada? ¿Cuál es la alimentación adecuada realmente?
Bien, para entender un poquito mejor el tema que nos aborda, empezaremos por aclarar estos dos conceptos: alimentación y nutrición.
Entendemos por ALIMENTACIÓN a ese acto consciente y voluntario que realizamos los seres vivos, que se inicia en el momento de ingerir los alimentos hasta que se mastica y se deglute. Por lo contrario, NUTRICIÓN es un proceso inconsciente e involuntario que se inicia al finalizar el proceso de alimentación, en el cual nuestro organismo se encarga de transformar los alimentos en sustancias más simples, de absorberlas y metabolizarlas.
Podemos analizar que alimentación y nutrición son conceptos diferentes. No es lo mismo ingerir alimentos para satisfacer el apetito que suministrar al organismo las sustancias químicas necesarias para el mantenimiento de la salud y la eficacia física. Por lo tanto, la nutrición es consecuencia de la alimentación. Así que tenemos que saber alimentarnos bien para conseguir una óptima nutrición.
La fuente natural de obtener los nutrientes son los alimentos. Cada uno de los alimentos presenta una proporción diferente de nutrientes. Por ese motivo, un alimento solo, por completo que sea, raramente cubrirá nuestras necesidades nutricionales.
Para obtener un óptimo estado nutricional nuestra alimentación debe ser suficiente, que cubra las necesidades del organismo; completa en nutrientes; adecuada para conservar la salud, cooperar en la curación de las enfermedades, asegurar el crecimiento y desarrollo normal y; lo más variada posible, cuanta mayor variedad de alimentos haya en nuestra dieta mayor equilibrio tendremos en cuanto a vitaminas y minerales.
¿Cómo conseguir una alimentación adecuada? La zona en donde vivimos nos dice mucho de cómo tenemos que alimentarnos para obtener un buen estado óptimo. ¿Dónde vivimos? En la vertiente mediterránea. Pues que mejor que una dieta mediterránea, que miles de investigaciones corroboran sus benévolos resultados. Es una dieta constituida por productos de nuestra tierra y mar, rica en vegetales, hortalizas, frutas, pescados, carnes y cómo no, nuestro aceite de oliva. Nos aporta todo aquello que nuestro organismo necesita, es una dieta variada y equilibrada.
Para llevar a cabo una dieta mediterránea, nuestra alimentación estará compuesta por un 50-55% de Hidratos de Carbono, un 30% de Grasas y un 15-18% de Proteínas.
Sé que muchos de vosotros estaréis pensando ¿Cómo puedo saber que estoy comiendo estas proporciones?Bien, no hay que quedarse con los números, sino, hay que analizarlos. Si tengo un 50% de Hidratos de Carbono¿Qué quiere decir? Que la mitad de lo que ingiera a lo largo del día debe estar compuesto por éstos. Así que, la mitad de mi plato estará compuesto por Hidratos de Carbono (cereales, pan, pasta, arroz, legumbres,…), menos de una cuarta parte del plato estará compuesta por Proteínas (carne, pescado, huevo, queso,…) y, el resto del plato por la Grasa (aceite de oliva, mantequilla, manteca,…). Como esta grasa la habremos utilizado para cocinar el plato, no será visible, por lo que utilizaremos entre 3 a 6 cucharadas soperas al día.
Lo aconsejable es distribuir nuestra alimentación en 5 comidas a lo largo del día, en las cuales habrá 3 comidas completas y 2 tentempiés. Con esta distribución obtendremos un óptimo estado nutricional y será muy difícil padecer de carencias, siempre y cuando no padezcamos de alguna dolencia.
Antes de llevar a cabo una dieta es aconsejable asesorarse por un profesional y ante la realización de algún tipo de dietas “milagro” o dietas hipoenergéticas deberíamos reflexionar y preguntarnos: ¿Qué impacto va a generar esta dieta en mi salud? o ¿Qué impacto psicológico tendrá cuando esté en la realidad de los resultados? Este tipo de dietas requiere de grandes esfuerzos y es evidente que muchas de estas dietas producen efectos secundarios.
Cuida tu alimentación y cuidarás tu salud