Cada vez encontramos más profesionales en nutrición que nos proponen una alimentación que mejore nuestras condiciones físicas y nuestra calidad de vida. Podemos resaltar lo que comenta Julio Basulto (dietista-nutricionista) en su artículo, –Por qué no funcionan las tres dietas más buscadas-, «El objetivo de la pérdida de peso no debería ser embellecer nuestra estética, sino mejorar la salud» e incluso, Olivier De Schutter (relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación) reclama una regulación mundial sobre las dietas, afirma, «las dietas poco saludables son ahora una mayor amenaza para la salud mundial que el tabaco» «Así como el mundo se unió para regular los riesgos del tabaco, debe ser aprobado ahora un convenio marco sobre las dietas adecuadas«.
En general las personas vivimos más preocupadas por nuestra apariencia física que por nuestra salud. Al inculcar buenos hábitos alimentarios me doy de bruces con mentes cerradas centradas exclusivamente con la información que se refleja en la báscula pidiendo como único remedio una dieta «para ya«, de resultados rápidos sin querer saber nada de qué consecuencias puede acarrear en la salud.
Si hacemos una búsqueda por internet encontramos un sinfín de dietas con efectos milagrosos (milagrosos sería el resultado si fuera verdad), en las que no existe una evidencia científica que les avale. Suelen reflejar afirmaciones que contradicen conocimientos científicos, prometen resultados rápidos y sin esfuerzo, proponen listas de alimentos permitidos y prohibidos, normalmente acompañan sus consejos al consumo de preparados que vende la persona que promueve el método y en muchos casos, plantean estos métodos profesionales no sanitarios.
Al final, estos métodos se ven avalados simplemente por sus promesas convincentes de éxito. Cuando nuestro conocimiento relacionado con la nutrición es escaso o estamos poco dispuestos a cambiar nuestros hábitos y estilo de vida somos presas fáciles para este tipo de dietas milagro, ¿quién no va a ser presa fácil?, con un eslogan tan atractivo, «pierde peso sin esfuerzo».
!QUE NO TE ENGAÑEN¡, dieta es sinónimo de: salud, armonía cuerpo-mente, practica de actividad física… En la Grecia clásica, la «Diaíta», hacía referencia al estilo de vida, a la manera de vivir, no reflejaba una práctica de hábitos alimentarios cambiantes en el tiempo de desmesurada diferencia en aportación calórica.
Conscientemente, «ponernos a dieta» no es simplemente cambiar nuestros hábitos alimentarios, sino que, engloba el equilibrio entre nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro estado emocional; implica cuidar nuestro cuerpo realizando actividad física; alimentarnos conscientemente, masticando bien los alimentos; mantener una buena hidratación; cuidar nuestra higiene; gestionar nuestro tiempo para mantener nuestros roles personales y sociales en armonia, además de, mantener una alimentación saludable todos los días, y no solo una temporada.
Si mantuviéramos diariamente una dieta en todo su compendio, aparte de obtener salud, que significa el éxito extremos, no nos pasaría por la cabeza realizar gestos insalubles en nuestro organismo.
No te centres en los resultados, céntrate en tus hábitos, en que acciones te llevan hacia el sobrepeso o hacia la enfermedad.
Empieza a conocerte un poquito más y ante todo, respétate, respeta tu organismo. Es tu mejor aliado, no se merece que lo dañes por obtener resultados físicos rápidos y momentáneos. Busca profesionales cualificados, dietas online personalizadas para conseguir resultados duraderos y saludables.
Mientras existan modas pasajeras o individuos arduos en crear negocios con ánimo de lucro a costa de la salud de las personas estaremos en peligro de caer en presentes tentativas. No te dejes engañar, analiza el método y valora si es un método que se ajuste a tus costumbres, a tus hábitos saludables, a tu disponibilidad, que esté personalizado y que apueste por mantener tu calidad de vida y obtener tu bienestar físico.