En ocasiones hay una relación muy estrecha entre nuestros hábitos alimentarios y los posibles síntomas o patologías que podamos padecer.
Los últimos estudios centrados en una dolencia muy extendida sobre todo en el género femenino, las migrañas, relacionan esta dolencia con un déficit enzimático.
Las enzimas digestivas son las encargadas de metabolizar los nutrientes que el organismo absorbe durante el proceso de digestión. Cuando existe una inhibición de la actividad enzimática o se haya disminuida la presencia de alguna enzima específica puede causar algún tipo de dolencia. En este caso, la enzima DiAminoOxidasa (DAO) encargada de metabolizar la histamina se relaciona con la migraña.
La histamina se encuentra en la mayoría de los alimentos y sus funciones en el organismo es de participar en la regulación de la circulación local, en la hipermeabilidad capilar, en la contracción y relajación de la musculatura lisa y los vasos sanguíneos, en la secreción del ácido clorhídrico en el estómago, en las respuestas de hipersensibilidad inmediata, en los procesos alérgicos, en los inflamatorios como parte de una respuesta inmune a patógenos externos, en la cicatrización de los tejidos y también se ha identificado su actuación como neurotransmisor del sistema nervioso central.
En procesos normales la histamina procedente de los alimentos se metaboliza en el intestino y es eliminada por la orina, pero, cuando se presenta una deficiencia en la actividad funcional de la enzima DAO no se metabolizará correctamente produciéndose una acumulación de histamina en plasma y tejidos. Esta acumulación desencadenará una serie de efectos adversos como la migraña y otras cefaleas vasculares; trastornos gastrointestinales, especialmente aquellos asociados al Síndrome del Intestino Irritable como estreñimiento, diarrea, saciedad, flatulencia o sensación de hinchazón; trastornos dermatológicos como la piel seca, la atopía o la psoriasis; dolores en tejidos blandos con frecuencia diagnosticados como fibromialgia, fatiga crónica; congestión nasal, asma e incluso puede afectar a nivel cardiovascular con hipo e hipertensión y arritmias.
El posible origen principal de deficiencia enzimática es el genético, se han identificado polimorfismos genéticos con diferente actividad enzimática, esto explica que en un mismo grupo familiar se padezca de migraña. También puede venir causado de origen patológico debido a la presencia de patologías relacionadas con enfermedades inflamatorias intestinales (colitis ulcerosa, enfermedad de Cronh…) y de origen farmacológico, causado por un bloqueo o inhibición de la enzima DAO por parte de diversos fármacos (analgésicos, antihistamínicos, antidepresivos, antihipertensivos, diuréticos o antibióticos).
Los síntomas relacionados por déficit de DAO no aparecerán de forma inmediata tras haber ingerido alimentos ricos en histamina o tras su consumo puntual, sino que aparecerán a partir de la acumulación sostenida de histamina en sangre.
La mayoría de las personas con déficit de enzima DAO sufren de 3 a 4 de los síntomas antes citados. Actualmente existen laboratorios específicos que ofrecen la posibilidad de realizar un análisis para medir la actividad funcional de la enzima DAO.
Las personas que presentan déficit de DAO deben evitar los alimentos más ricos en histaminas como los productos fermentados, vino, cava, vinagre y vinagre balsámico, col fermentada (chucrut), queso, yogur, así como las conservas de pescado, leche, marisco, embutido, berenjena y espinacas.
También evitaremos aquellos alimentos que interfieren en el metabolismo de la histamina como chocolate, frutas cítricas, frutos secos y cacahuete, tomate, cerveza, entre otros. El alcohol es un inhibidor de la enzima DAO, dejará inhabilitada su función, lo que desencadenará el típico dolor de cabeza cuando estamos de resaca o potenciará la migraña.
En el presente está abierta una red de estudios específicos en el déficit de DAO que van a ampliar el conocimiento de tratamientos específicos para esta dolencia. Actualmente los pacientes con déficit de DAO experimentan una mejoría casi del cien por cien al llevar a cabo las pautas alimentarias concretas y una dieta suplementada con enzima DAO. Es necesario acudir a profesionales específicos para valorar el déficit y acompañar el tratamiento con pautas genéricas y dieta personalizada.